Allyson.




He cogido, tomado, fumado e inhalado todo lo que en los antros me han ofrecido. Sin embargo, no he logrado olvidarme del dolor, no he logrado llenar el vacío… Por más que lo he intentado no he logrado darle todo el significado a las cosas que me han estado pasando últimamente.

Cada noche es un sueño diferente, en unas noches veo la luna contemplativa, quedando absorta entre tanta belleza e inmensidad al borde de la negrura del cielo infinito, mientras siento la caricia del beso frío de la sal.

Otras noches ese mar lleno de cólera me azota y violenta como si fuese tan solo un calcetín en una lavadora, asfixiandome desgarrandome, mientras la desesperación me llena los pulmones a gritos y una melancolía y tristeza absoluta consume mi alma.

Cuando tengo suerte lo veo a él, casi siempre es de noche, casi siempre llega después que yo. Antes que él entre a la escena, siempre estoy sola, melancólica y meditabunda, absorta en el humo del cigarro que asciende pálido en escala de grises en mi fotograma blanco y negro. Aunque llegue de jeans y camisa, de traje y corbata, o de impecable uniforme anacrónico militar, nada de lo que he cogido, bebido, fumado o inhalado puede compararse con el éxtasis de estar bajo sus ojos. Una mirada sobrenaturalmente indescriptible que jamás nadie ha podido siquiera simular en todo este tiempo.

Mi sueños con él son como un film noir en blanco y negro, en donde los cuadros no emiten sonido alguno, pero eso no implica que no rebosen de un sensualismo propio, producto solo de la más exquisita realidades experimentadas. No puedo recordar su nombre y el tono de su voz es difuso, no obstante nunca me había sentido tan cómoda con nada en mi vida como me siento esas noches.

Cuando despierto a veces me recibe una vulgar mano en una teta, cielos rasos desconocidos, o el frío pero conocido juego de luces de mi habitación. En todos los casos me levanto y como un autómata voy a mi trabajo…

He pasado de terapeuta en terapeuta laboral, pero ninguno halla nada, dicen que mis recuerdos están bloqueados, que me sienta afortunada por no tener la mente hecha añicos y ser una persona funcional después del último reseteo de emergencia, que no cualquiera se libera de una red de trata de inmortales, que mis habilidades siguen intactas y que ahora estoy en lugar seguro y que nada como eso va a volver a pasarme.

No obstante algo de mi se siente inconforme, la orden lo sabe, lo sabe por mis fichas clínicas, por mi forma vertiginosa de gastar mi tiempo libre y la violencia multivectorial intrínseca en mis acciones. Ellos dicen que esas conductas son normales tras estar tan expuesta a la violencia, experiencias traumáticas y alienaciones en cautiverio.

Sigo teniendo esos flashes de tiempo repentinos de lugares, de ropa, de sensaciones… deja vus interminables. Lo daría todo y más por recordar siento dentro de mí que el mismo olvido duele màs que la verdad…

Intento despejar la mente frente a la pantalla del monitor, me falta hacer unos informes de la última visita. Me encargo hacer visitas esporádicas a inmortales, sus cuidadores y familias anfitrionas. Hago informes, de vez en cuanto algo de infiltrado y si la mala suerte toca puerta, una que otra persecución. El trabajo no es mucho porque realmente somos muy pocos, el ambiente laboral es bastante bueno, la paga también y todos son muy amables… a veces me siento mal cuando no puedo corresponderles.Allyson - me dice mi compañero - Necesito que estés en el estacionamiento ahora, tenemos una emergencia, te explico en el vehículo.

-No hay problema André, voy para alla. Dame un momento, ¿ya?

El chico se va de la habitación camino al estacionamiento mientras yo cierro todos los archivos en el computador, agarro una chaqueta y me voy corriendo, no obstante, dando el trotecito clásico en mí como quien intenta en cada pasito recuperar esa milésima de segundo perdido que se acumula al atraso, una idea asalta mi cabeza, me he dejado con todo el atoro, me he dejado el teléfono en la gaveta. Le hago una seña a André de que me espere que es urgente, a André se le desfigura la cara y me grita que sea que lo que haya dejado dentro no importa y no tiene relevancia.
A lo que yo lo ignoro, y cuando corro por el pasillo de la orden la observó entrar… una mujer voluptuosa de cabello negro y curvilínea como una Lola de caricatura, algo en su desplazante le hacía parecer obscena y peligrosa, me quedé parada de pronto absorta en tal peculiar persona que se llevaban esposado con alrededor de 4 guardias. Me doy vuelta para correr a mi camino, no obstante cuando le doy la espalda escucha una voz soprano bastante sexualizada.

- ¡Eh! Ally, pero sopresa que nos encontremos en estos tan recónditos lugares- Me quedo paralizada, dándome media vuelta para mirarle, la mujer recibe un culetazo de rifle sin piedad, la mujer escupe sangre y se ríe - Conozco a alguien que le encantaría que nos pusiéramos al día querida- le amordazan la boca para que no hable más y le vendan los ojos, mi piel se pone de gallina siendo sobrecogida por aquellos inoportunos deja vú... Cómo sabe mi nombre? La conozco? Nos conocemos?


- Allyson Cooper.
- Es uno de los inmortales vivos más antiguos que existen, mas en su carnet dice 20 años.
- Mide 1.66 es bastanta liviana, de cabellos rubios casi blanquecinos y de ojos verdes.
- Tiene un control y manejo del cuerpo humano propio solo de una persona que ha vivido un un buen buen tiempo ágil, escurridiza, flexible y más resistente que otros inmortales. Ademas posee una especia de facilidad con el dominio de las energías en los cuerpos.
- Es considerada entre los de la orden un inmortal problemático, ya que su suerte y actitud testaruda la ha metido en medio de un sin fin de batallas, en el epicentro de dos guerras mundiales, discusiones cruciales y peleas callejeras que acaban bastante mal, una amante de todas las artes y actividades del cuerpo (deportes, danza, disciplinas), es activa, independiente, excesivamente impulsiva,  nunca se está quieta. Destesta: el orden en exceso, los días demasiados calurosos, las ataduras, las normas, las cortesías, los prepotentes, los fanatismos, fanáticos y la fragilidad inútil. Es perseverante, si se cae mil veces se levanta mil y una y su ansias de superación y ser fuerte llegan casi a ser una obsesión pues se considera bastante débil, es muy mala perdedora, peleadora (hasta cuando está equivocada), a veces catalogada por el resto como infantil e inmadura. Incrédula total hasta que le demuestren lo contrario. Adora siempre tener el placer de la última palabra, la gran mayoría de las veces habla demasiado alto para las distancias. Bastante reservada de si y su vida privada. Por otro lado es bastante happy y extrovertida.

Los recuerdos de Allyson pasaban por su cabeza sin pena y sin gloria, banales, humanos y gratos en una ciudad rural a las afueras de Montreal: unos padres divorciados que le querían mucho y no se hablaban mas que lo justo y necesario, una madre obsesionada porque entrara en cuanta actividad extracurricular existiese (artes marciales, defensa personal, danza), una brillante humanista en la secundaria, pero un asco en todo lo relacionado con números, expulsada varias veces de todos lados por su carácter y actos impulsivos, de vez en cuando tomaba unas inhóspitas, aventureras y solitarias excursiones que parecían mas un retiro que cualquier otra cosa.
Un día al terminar la secundaria tomo su mochila sin dar muchas explicaciones y con muchas ganas y sin nada en los bolsillos se fue a vivir a Montreal, se enamoro de Sudamérica por revistas, turistas e internet y para poder tener la aventura de su vida decidió trabajar de lo que fuese y así fue que se hizo camarera de día y de noche se hizo amiga de un tal Robert, dueño de un local nocturno y así fue como entro a trabajar de Bartender.
Pero toda esta realidad se vio trastocada en una serie de sucesos que marcaron el inicio del fin de su vida como la conocía... Un incidente con un cliente que termino en una demanda por intento de homicidio, una orden de arraigo, una multa que la dejaba en la calle y el ataque de un demonio que frustro su intento ya postergado de suicidio. Tuvo suerte, fue salvada a tiempo por un Vigilante de la Orden, cuyo trabajo al igual que la de la organización era cuidar y proteger a los inmortales de los ejércitos (Demonios y Angeles), si inmortales, seres que podían vivir por siempre y no morir, claro al menos no por maneras tradicionales, y ella era uno de ellos, una reincertada, como la Orden los llamaba, de no mas que un par de años... hecho que llevo a que ella pusiera toda su vida en duda. Y para colmo y su pesar... sin quererlo, ni planearlo, estaba metida en una guerra que databa desde antes de los inicios del tiempo.